lunes, 1 de julio de 2024

CARTAS DE AMOR 2

CARTAS DE AMOR 2

Señora Bonita.

Hoy me he levantado con mucho ánimo, es más con la energía suficiente para arreglar aquí, organizar allá, poner esa salsa que tanto me gusta y hasta reírme de algunos recuerdos. Así que mientras la lavadora termina su jornada aprovecho para escribirle otras líneas. 

La tecnología y el ansia por la inmediatez acabaron con las cartas, acabaron con las palabras bonitas, pero no acabaron con estas ganas de decirle que la pienso y hasta me atrevo a decirle que la extraño. Se preguntará usted por qué he de extrañarla y me respuesta es sencilla, porque jamás he dejado de extrañarla, a usted y lo que siempre he soñado de usted.

Señora hermosa, usted me cautivó con su sonrisa siempre, en realidad nunca terminé de conocerla, durante mucho tiempo estuvo muy cerca, y yo la anhelaba, o en otras palabras soñaba con sus ojos y su pelo, pero siempre tan lejana, casi inalcanzable.

Usted me hizo sentir estos amores que ya no existen, estos amores que dejaron de ser hace tiempo gracias a la facilidad de las relaciones actuales, pero que en algunos, así como el gusto por la buena música, han prevalecido.

Mi generación se ahogó en la simpleza y la suya, bueno la suya mi amada amiga, no creo que la haya conocido, porque esa forma de amar da miedo, da soledad, da tristeza.

Mire usted, me ha arrancado otra sonrisa, con ella el miedo y el peor de esos miedos que es el miedo al ridículo, esa sensación de someterse al escarnio público o a la burla, pero que solo con pensar en que algún día ya no podré decirle todo esto que me hace sentir, pues vale la pena arriesgar la vida misma.

Quiero contarle, bellísima amiga, que no fue más que volver a verla para que en mi renacieran los sueños, pero también los miedos, el miedo al silencio, el miedo a no verla, el miedo a pensarla en vano, sin embargo, ya no me importó más porque el miedo no es ni será más nunca el guía de mi vida, ni en mis batallas ni en mis amores.

Yo le doy a usted las gracias por esto, porque con sus ojos ha salvado mis letras del olvido, mis ansias locas por verla me han motivado a escribir de nuevo, a pensar de nuevo, a sentir este amor que se brota por los poros y me hace llevar el estribillo de la canción como si en realidad yo cantara y estuviera ante el mejor de los públicos, usted.

Señora Bella, señora mía, cuánto daría por verla y poder volver a ver mi reflejo en esos ojos. Mi adorada señora, si usted me nombra y me da la orden me tendría al instante.

Pues sepa usted mi amiga, que estoy en este momento cantando la música y tarareando el sonido de mi corazón que aún no escucha y que ruego al Dios de nuestros padres, para que algún día se a posible no morir sin otro abrazo suyo.

Suyo siempre.

Te amo como a la vida misma

Como al agua y al fuego

Como a la tierra oliendo a aguacero



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