martes, 2 de julio de 2024

PENTACAMPEÓN

 PENTACAMPEÓN

 

Corriendo como alma que se lleva el diablo, bajaron las 32 gradas que unen la calle 13 y la 14, en el desnivel de la esquina del puente. Se acercaron a la camioneta con la rapidez de un relámpago, sus sombras bailando a la luz de las farolas. Con destreza abrieron las portezuelas laterales y, con una firmeza casi teatral, acomodaron el par de costales en el asiento trasero. Luego de subir, se miraron a los ojos; reflejaban un miedo ancestral, como el de una tormenta atrapada en un vaso de cristal.

—Marica, si no fuéramos guerros, seríamos un peligro.

—Uy sí, compa, qué peligro usted con esa cara de susto. Jajajajaja.

En el asiento trasero iban dos sacos llenos de fierros, provenientes de la sede de la empresa de seguridad del mayor retirado Castro Edmundo. El par de celadores no alcanzaron a darse cuenta cuando fueron encañonados, amordazados y atados bajo las gradas que conducen al almacén. Toda la información la proporcionó la exsecretaria despedida la semana pasada porque no se lo quiso dar al Mayor y salió toda emberracada, con ganas de hacer pagar al puto policía por sus mañas de viejo verde.

Cruzaron la estación de policía despacio, siguiendo a un bus de transporte que llenó la esquina de humo al cambiar de luces el semáforo. En la radio transmitían la final: La noche en que la Mechita venció 3-1 al Deportivo Cali con goles de Cabañas, Gareca e Ischia, coronándose campeón por quinta vez consecutiva. Cuando llegaron al barrio, la fiesta ya estaba armada, y aprovecharon para meter la camioneta al garaje, sacar las armas, encaletarlas y salir por unas empanadas que bajaron con dos cervezas heladas.

Como a la media hora llegó el Gordo en un Jeep destartalado de color incierto y se bajó con la cara iluminada por una gran sonrisa.

—Entonces, ¿qué muchachos? ¿Todo bien?

—Pues sí, hermano, no tuvieron tiempo ni de celebrar el segundo gol.

—Ya llamamos para reivindicar el operacho.

—Lo que hace un polvo mal pedido.

Antes de irse, el Gordo les dejó un par de insignias con el logotipo de la organización: un mapa de Colombia atravesado con la espada del Libertador y la frase: “Con el pueblo, con las armas, ¡al poder!”

 

—Uy, gordito, qué calidad. Mañana mismo le digo a mi mamá que las cosa en las chaquetas.

 


 

 


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