CARTAS DE AMOR 21
Señora bonita:
Sin usted soy un árbol partido en
pedazos, y las astillas pueden iniciar un fuego destructor. Pero igual, allí
tirado, puede reverdecer una de las tantas ramas, dando vida a un nuevo brote.
En el cielo, mi cielo, hay vacíos
donde ayer había nubes, claros de azul que ciernen una luz, una esperanza. Es
que oír su voz, leer sus letras, me llena de energía. Cuánta felicidad puedo
sentir al saber de usted, cuánta felicidad poder hablarle.
Señora hermosa, amiga de mi alma,
no se aleje. No desaparezca nunca de mi vida. Sé que en mucho esta ilusión es
solo mía, pero en la noche más oscura, su risa me ilumina. Por eso, vida de mi
vida, no se vaya, que la noche aún no termina.
Suyo para siempre.
Jorge Alberto Narváez Ceballos.
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