NO NOS PERDAMOS
No nos perdamos nunca.
Pero si nos perdiéramos
en el centro de un bosque,
no nos gritemos enseguida.
Escuchemos el silencio,
dejemos que el silencio nos una.
Y si nos duele la voz
y no podemos cantar,
escuchemos el latido
de nuestro corazón
y que nos una el silencio.
No nos perdamos nunca.
Pero si nos perdiéramos
en la selva de la ciudad,
no nos gritemos enseguida.
Dejemos que nos encuentre
el rumor de los pasos.
No nos perdamos nunca,
pero si nos perdiéramos,
si nos perdiéramos,
no nos gritemos enseguida.
No nos gritemos.
Jorge Narváez Ceballos.
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