URGENTE
El bosque se pierde en la bruma del progreso,
sus árboles susurran cuentos viejos a las estrellas,
pero pronto las máquinas cantarán su fría melodía:
Apartamentos de diez pisos con vista al horizonte.
La memoria del bosque se esfuma
junto con el murmullo de sus hojas.
El recuerdo del bosque se desvanece con sus sombras:
¿Quién puede sentir la tristeza del musgo añejo
o el dolor, la pena, de la flor
cuya verdadera esencia es la tibieza de la vida?
El fin del bosque es el fin de los refugios secretos
donde los primeros sueños, las primeras risas, el primer
amor,
tenían aroma a tierra húmeda, a lluvia y besos en la boca.
El fin del bosque como lo conocemos es el inicio del
concreto,
estructuras de acero y cristal, nidos modernos, fríos, sin
vida.
¿Quién entre nosotros puede enumerar la pérdida de cada
árbol,
contar las sombras que desaparecen?
Caminaré la última vez descalzo sobre la tierra,
tomado de tu mano para reconocer el bosque,
a través de la piel de mis pies para escuchar
las hojas vivas susurrar secretos.
Es urgente, antes que el bosque se convierta
en un mero recuerdo en la memoria de un archivo digital.
Es urgente amarte en ese bosque,
mojarnos del rocío matutino, esencia vital, en cada brisa en
cada latido,
teniendo como manta las estrellas.
Jorge Narvaez C.
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