martes, 23 de julio de 2024

DANZA EN EL ABISMO

 DANZA EN EL ABISMO

En el rincón olvidado donde la tierra y el cielo se abrazan con pena,
Ella danza, libre y majestuosa, arrastrando las sombras del universo.
Cada paso es un susurro sagrado, una plegaria rota hacia lo infinito,
Un baile de pasos tristes, moviéndose entre el ser y el cosmos distante.

Danza, gran manifestación de la existencia que se pierde,
Tus movimientos no son juegos alegres; son el latido pesado
Del corazón de la tierra, el pulso cansado del planeta que respira sin sueños.
Cada giro, cada levitar, es una reverencia desesperada a la vida que se escurre.

Tú, que en tu arte desgarrador, ofreces tributo a lo que se desvanece,
Te elevas y giras, y en tu exaltación triste,
Tocas el tejido invisible, la frágil red que apenas une las cosas,
Esa conexión tenue que une a cada estrella que llora, cada río que se seca.

El cielo y la tierra se funden en tu danza desesperada,
Como una sinfonía de amor que se desangra y misterio roto,
Un acto puro de veneración al vacío,
Donde la vida se celebra en un suspiro, se renueva en la tristeza de tu vuelo.

Danza, tú que eres la canción desolada de la tierra,
La música que recita el alma rota del mundo.
En cada paso, en cada giro, tú revelas la verdad de nuestra fragmentación,
La eternidad que se desvanece en el instante de tu movimiento sombrío.

 

Jorge Alberto Narváez Ceballos.




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