domingo, 8 de septiembre de 2024

COMPAÑERA

Compañera

 

A veces, la vida me da días de lluvia,

vientos huracanados que estrellan las ventanas,

pero entonces el amor me cuenta historias

que brillan como soles escondidos tras las nubes.

 

Y ahí, en medio del silencio,

aprendo que incluso las lágrimas son parte del viaje.

No puedo pedir que mueras por mí,

tampoco puedo morir porque no mueras,

pero puedo pedirte que me dejes amarte.

 

En las horas grises, cuando el cielo se pliega,

cuando las sombras se sientan a la mesa,

encuentro tu risa en los ecos del pasado,

y en cada rincón del alma, un susurro que florece.

 

Déjame amarte en los días de sol radiante,

en las noches de estrellas que titilan en los sueños.

Déjame serla mano que se aferra a tu historia,

el aliento que resuena en la calma.

 

Porque en este vaivén de días y de noches,

en este vaivén de risas y de llantos,

quiero construir un puente de palabras,

un refugio donde el amor no tenga fronteras,

donde las lluvias sean cantos,

y el viento, un amigo que juega entre nosotros.

 

Así, cuando el mundo parezca desvanecerse,

cuando la vida me dé un nuevo desafío,

sabré que tu amor es el abrigo eterno,

el anhelo que florece en cada paso.

 

Jorge Alberto Narváez Ceballos



 

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