sábado, 24 de agosto de 2024

REALIDAD

Realidad

 

La primera mañana sin ti
amaneció vacía,
como un gato
que no sabe qué hacer
con tanto tiempo libre.
El sol se asoma tímido,
como si supiera que algo falta,
que el día ha comenzado
con una ausencia
que pesa más que la noche.

La casa respira lento,
cada rincón guarda el eco
de tus pasos que ya no están,
y el café, que antes compartíamos,
sabe a soledad en la taza
que se enfría sin tu risa,
sin tu voz llenando el espacio
entre el día y la rutina.

La primera mañana sin ti
es un lienzo en blanco
donde nada se pinta,
donde los colores
perdieron su brillo
y las sombras,
sin oponerse a la luz,
se alargan en los rincones
de esta ausencia nueva,
de este vacío que apenas empiezo a comprender.

El mundo sigue girando,
ajeno a esta pérdida que me envuelve,
pero en cada minuto,
en cada segundo que pasa,
la distancia entre nosotros
se mide en recuerdos,
en las palabras no dichas
y en los gestos que se quedaron
a mitad del aire.

La primera mañana sin ti
es el comienzo de algo
que aún no sé nombrar,
un amanecer que duele
y que, sin embargo,
lleva en su esencia
la promesa de un día
en que el sol volverá a brillar
sin esa sombra tan larga
que hoy se extiende.

 

Jorge Alberto Narváez Ceballos

Fotografía de Jorge Narváez C.


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