Elemental
mujer,
te vuelves río,
cauce en el cuerpo,
líquido,
desborde
que arrasa.
Te vuelves aire,
suspiro que flota,
viento en la piel,
respiro
que envuelve y
desaparece.
Te vuelves tierra,
raíces en la piel,
firmeza en los pies,
abrazo
que sostiene,
nutre
y cobija.
Te vuelves fuego,
llama en los ojos,
chispa en la carne,
que arde,
que consume,
hasta la última
ceniza.
En cada elemento,
te desdoblas,
te reinventas,
y sigues
fluyendo,
volviéndote amor.
Jorge Alberto Narváez Ceballos
FOGÓN Y CAFÉ
Oleo sobre lienzo
Autor: Darwin Córdoba
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