domingo, 11 de agosto de 2024

CARTAS DE AMOR 31

Señora bonita,

 

Su voz es como esa melodía que me acompaña en la soledad, un susurro de viento que me trae historias de lugares donde la vida no tiene fronteras y todo se vuelve posible. Me encanta que me llame, que conteste mis cartas, y sobre todo, que me piense. Usted sabe que es mi refugio, ese rincón donde el frío se olvida de existir y los fantasmas, que a veces se atreven a visitarme, se desvanecen con el toque simple y cálido de sus palabras.

 

Quiero mirarme pronto en sus ojos, esos ojos que me observan con una mezcla de ternura y complicidad. Porque allí, las tormentas que agitan mi corazón se aquietan, como si la luna, cómplice, se encargará de arrullarlas hasta que se duermen en paz.

 

Quiero que recuerde que cada vez que me mira, es como si el mundo renaciera con nuevos colores, colores que solo nosotros entendemos, donde la calma no es más que un suspiro compartido y los sueños, que creía perdidos, se despiertan de nuevo, convocados por el eco suave de su voz. Esa voz suya, que es como un río claro y tranquilo, me lleva sin prisa, arrastrando con delicadeza las sombras que a veces oscurecen mis días grises. Y en su sonrisa, descubro cada día un nuevo amanecer, un sol que se atreve a romper la oscuridad, invitándome a empezar de nuevo, como si cada mañana fuera la primera vez que abro los ojos a la vida.

 

Quiero su abrazo, señora. Es ese río sereno que no se apura, que acaricia con suavidad la orilla de mi vida, recordándome que siempre hay un rincón, un pequeño espacio donde la calma me espera, paciente. En sus brazos, mi alegría florece, como una flor que, contra todo pronóstico, crece en medio del caos. Es como un suspiro que lleva en su aliento la esperanza de volar. Usted, señora bonita, es mi refugio, mi lugar secreto, mi todo.

 

Con todo el amor, 


Jorge Alberto Narváez Ceballos

 

Fotografía: Darwin Córdoba 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario