viernes, 23 de agosto de 2024

CUANDO YO YA NO ESTÉ

 Cuando yo ya no esté

 

Cuando yo ya no esté, la casa será un refugio 

vacío de ecos y de sombras. 

El reloj en la pared marcará horas 

que no tendrán destino ni espera. 

Las sillas estarán en su sitio, 

inmóviles como un adiós que nunca se dijo.

 

Cuando yo ya no esté, los libros acumularán polvo, 

sus palabras, detenidas en páginas 

que nadie volverá a leer con los ojos 

que un día iluminaron su sentido. 

El viento golpeará las ventanas, 

trayendo recuerdos en forma de hojas secas, 

mientras el silencio ocupará cada rincón, 

tejiendo su manto sobre todo lo que fue.

 

Cuando yo ya no esté, el jardín seguirá creciendo, 

ajeno a la ausencia, 

y las flores abrirán sus pétalos 

como si la vida continuara, 

ignorando que falta una mirada 

para admirar su belleza.

 

Cuando yo ya no esté, 

tal vez encuentres en el último cajón 

una carta sin firmar, 

con palabras que nunca pronuncié 

pero que ahora resonarán en tu alma 

como una verdad tardía, 

como un adiós sin retorno.

 

Y en esas líneas, 

entre el papel y el tiempo, 

tal vez descubras que nunca me fui, 

que en cada rincón de esta casa 

y en cada latido de tu memoria, 

seguiré habitando, 

silenciosamente, 

cuando yo ya no esté.

 

Jorge Alberto Narváez Ceballos



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