Raíces
Soy la rama que se extiende
hacia el cielo del sur,
la semilla que duerme
en el corazón de la tierra.
Mis manos, fértiles como el campo,
acarician el viento,
y mis pies saben de caminos
que el tiempo aún no ha desnudado.
En cada amanecer
me enraízo en el perfume
de las hojas nuevas,
y mis sueños, verdes de esperanza,
se despliegan como alas
de un pájaro olvidado.
La montaña me llama,
susurrando mi nombre
en el idioma del agua,
y yo, hoja entre las hojas,
me dejo llevar
por el río de lo eterno.
En el eco de la tarde
se confunden las sombras y los cantos,
y el sol que cae lento
me cubre el rostro
con su luz ancestral,
como si en mí quisiera vivir
un último instante.
Soy tierra,
soy cielo,
soy todo lo que calla
en el abrazo profundo
del viento.
Jorge Alberto Narváez Ceballos
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