Amanecer en tu piel
Amanece y te contemplo,
mi mirada te envuelve
antes que la luz del día
toque tu piel.
Le gano al rayo del sol
en tus mejillas,
y en ese instante,
el mundo se vuelve suave,
tu respiración tranquila
marca el ritmo
de una paz que me sostiene.
Tus labios carnosos
desayunan de mis besos,
y en la quietud
de la mañana,
todo parece detenerse,
como si el universo
fuera un susurro
entre nosotros,
un secreto compartido
entre el alba y el amor.
Jorge Alberto Narváez Ceballos
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