martes, 4 de febrero de 2025

PRELUDIOS DE ABRIL


No fue de golpe. 

El aire apenas trajo 

un murmullo leve, 

un roce de hojas nuevas 

en la lengua dormida de los árboles. 

 

Las raíces no pidieron permiso, 

solo empujaron la tierra, 

húmedas, tercas, 

como palabras creadoras 

resurgiendo en bocas jóvenes. 

 

La lluvia vino sin prisa, 

mojando los nombres olvidados, 

lavando el polvo 

de un tiempo que se creía inmóvil. 

 

Abril abrió los ojos 

y nadie lo notó al principio. 

Solo un puñado de pájaros 

cambiaron su ruta, 

como si supieran 

que algo, en algún sitio, 

se estaba despertando. 

 

Jorge Alberto Narváez Ceballos

Quinde
Fotografía Fabio Martínez 


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