martes, 8 de abril de 2025

EN UN ABRIL


En un abril de luz incierta 

te fuiste como se va la niebla del campo, 

sin que el día pudiera retenerte.

 

Todavía las lilas florecen  

con la obstinación de lo que vuelve. 

Todavía tu risa 

se abre paso en el viento 

que roza la ropa tendida, 

como si vinieras a secarnos la pena.

 

Te recuerdo entre risas y barro, 

el fusil al hombro 

como quien lleva un ramo de sueños. 

Hacías del combate 

un poema de fuego y ternura, 

de esos que sólo los que aman de veras 

pueden sostener entre los dientes.

 

Fuiste compañero. 

Mi hermano. 

Comandante de sueños. 

Tus manos sabían de sembrar 

y también de defender el surco.

 

En un abril te vimos caer 

como cae una estrella   

y sin embargo, el campo no se apagó. 

Tu cuerpo, aún caliente, 

guardaba el calor del mundo.

 

Te nombro ahora 

cuando el mundo parece olvidar. 

Te nombro porque aún crece 

la esperanza en mi lengua 

como un brote que no se deja morir. 

 

Te nombro porque el amor por esta patria 

es también una forma de continuar tu pelea. 

De escribirte con el compromiso vivo. 

De darte, en abril, 

esta flor de palabras, 

esta memoria que florece 

donde tu sangre tocó la tierra.

 

Jorge Alberto Narváez Ceballos

 

Comandante Carlos Pizarro, Santo Domingo Cauca 

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