Eterno
Mi amor arde,
como el volcán eterno
que nunca duerme,
latente bajo la tierra,
con fuego en su pecho.
Es la lava que corre
silenciosa, profunda,
cincelando la piedra
de nuestro destino,
forjando caminos
que solo nosotros conocemos.
A veces, en la calma,
parece adormecido,
pero basta una chispa
para que despierte
en un estallido de vida,
en una danza de llamas
que ilumina el cielo.
Es fuerza indomable,
sin miedo a la destrucción,
porque sabe que de las cenizas
nacen nuevas tierras,
y de la pasión,
nace la eternidad.
Mi amor, como el volcán,
es un testigo del tiempo,
inmutable en su esencia,
incandescente en su verdad.
Un amor que no se apaga,
que arde por siempre
en la profundidad de mi ser.
Jorge Alberto Narváez Ceballos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario