Certezas
A mis 50 y tantos,
he aprendido que la vida
es un rompecabezas incompleto,
donde las piezas que faltan
son los sueños que dejamos atrás.
He recogido las cicatrices
como mapas de los caminos
que nunca quise tomar,
y aun así,
me encuentro mirando al horizonte,
esperando el próximo amanecer
como si fuera el primero.
A mis 50 y tantos,
los espejos me cuentan historias
de quien fui,
pero no de quien soy.
Las arrugas en mi piel
son surcos de risas y llantos,
testigos mudos de todo lo vivido.
He aprendido a amar
con la suavidad del que sabe
que el tiempo no es eterno,
y he dejado de correr
tras lo que nunca fue mío.
A mis 50 y tantos,
camino más despacio,
pero con la certeza
de que cada paso me lleva
un poco más cerca de mí mismo.
Y si bien el reloj sigue avanzando,
ya no me importa la prisa,
porque he descubierto, con certeza,
que el presente
es el único lugar
donde quiero estar.
Jorge Alberto Narváez Ceballos
Fotografía: Jorge Alberto Narváez Ceballos
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