domingo, 22 de mayo de 2016

EN ESTE BAR



En este bar, este de luces azules y tenues, este de ventanas grandes y mesas de madera vieja, este de música que tarareas mientras miro tus labios.

Escapando del gris exterior, del frío que me toca, que me hace sentir, me hace vivir más cada reconfortante roce de tu piel y ese olor de café que activa mis papilas, vibrando con tus palabras y cada canción que suena de fondo.


Haciéndote reír, gozando el movimiento de tu pelo frente a la luz azul y tenue, frente a las ventanas grandes, con tus manos sobre la madera lisa y mis manos rozando la tibia piel de tus muslos, conquistando cada segundo más, debajo de tu falda a cuadros.

Contándote historias banales, mirándote decir palabras que casi no escucho, disfrutar de cada una de tus reacciones al alcanzar tu pubis con mis dedos, intentando conocer tu mundo mientras separas las piernas para dejarme avanzar. Decidido, me acerco, lo suficiente para perderme en la profundidad de tus ojos, alivio tu deseo con un beso, mientras mis dedos destilan tu licor en rítmicos movimientos.

Empujo y te miro, tus rodillas separadas, perfectas, mientras deslizo mi deseo en mis dedos, como si el cometido en esta vida fuera estar en ese sitio, haciéndote sentir cada espasmo, cada temblor, cada pulsación.

Vuelvo a dar un trago a mi café, el desfile de gente y de sus sombras por la calle no termina, y yo sigo aquí, viéndolos pasar mientras descansas tu espalda en la ventana y tu cabello cubre parte de tu cara iluminada aun más que las luces azules y tenues de este bar.

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