Señora
Cuanto daría por convertir estas letras en un susurro. De alguna manera imperceptible para todos, pero totalmente comprendido por usted.
No creo aguantar más este deseo, este fuego en mis entrañas por tenerla, esta angustia en mis sentidos por encontrarme con usted, estas ganas que me impulsan de manera desmedida a escribir para contarle al menos lo que siento.
Se me sale un suspiro y en forma de palabra se hace caricia, caricia que espero reciba cuando lea, porque eso es lo que quiero que entienda, que me muero por sentir su piel, por entender el idioma de su cuerpo, por encontrar sus secretos y escudriñar con mi boca hasta su alma.
Sé que las palabras no son suficientes, pero por ahora son las únicas que pueden alcanzarla en esta lejanía que no soporto.
Quiero saber si su boca pronuncia estas palabras, si sus manos se deslizan por estas letras, si su cuerpo hierve al leer, como el mío al escribir; sería para mí un pequeño triunfo y una manera de renovar las fuerzas para esperar el día en que la encuentre y pueda escribir en usted todo esto que se apodera de mi cuerpo cuando la pienso.
Con la seguridad de que al leer usted estará sonriendo, me despido con otro suspiro que brota de mi alma.
Hermoso.
ResponderBorrar