lunes, 31 de marzo de 2014

TALISMÁN



En esta noche oscura y húmeda de invierno

no es necesario un mapa para descubrir

tus latitudes y tu centro,

llego a tus valles como un río natural,

como en la tarde el sol,

como la brisa,

como la luz de tu universo

y encuentro tu ternura.



Con devoción absoluta

desde el sur hasta el norte de tu cuerpo

acariciando palmo a palmo tu figura

gozando del naciente al poniente

tu ser entero,

rompemos el somnoliento letargo

de los amores a medias.



Absolutamente humanos

creyendo el uno en el otro

como un acto de fe,

sin aldabas,

sin postigos

ni cerrojos,

con la boca,

con la piel,

con tu humedad y mis destrezas

encontramos juntos la senda

hasta el final de nuestros besos.



Con sed y con hambre,

con tu lenguaje de gestos,

con mis pies,

con mis músculos

y la punta de los dedos,

sin que seamos pretensiosos

y aceptando tu risa de herejía,

nos amamos con esa pasión irracional

al borde mismo de la idolatría.



Adoración que se pasea por tus accidentes,

que te recrea en mi respiración,

que te anda toda

reconstruyendo mis pasos de otros tiempos,

con exaltado misticismo,

con tu sabor a vino de mi cepa,

con tus ojos cerrados y mirando…

Yo te amo.  

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