Hace unos días que quiero decirle que me gusta, pero siempre hay algo que lo impide. Mi miedo por ejemplo, mi falta de la palabra precisa, mi aire que se queda entre las cuerdas bucales o ese preciso instante en que alguien la llama y me quedo con la palabra en la punta de la lengua. Sí, hace unos días que quiero decirle que me gusta, tal vez, de repente encuentre el momento preciso o simplemente lea esta nota y me sonría.
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