Mi hermosa Señora.
He estado tentado a todo por usted, menos hacerla sufrir. Hace muchos años hubiera muerto en el intento de hacer valer este amor por encima de todo.
Sabe? Hace muchos años no me había enamorado como lo hice por usted. Nunca me importó que en medio de nuestra relación siempre hubo una despedida latente, es más creo que nos despedimos el mismo día en que nos conocimos. Y yo he venido alargando algo que debimos asumir desde ese día.
Como evitar amarla si es lo más hermoso que he vivido en mucho tiempo. Si cada hora, cada día, cada momento que pasamos juntos a pesar de las lejanías que las intermediaron, fueron mágicos. Nada puedo decir más que gracias.
Gracias por enseñarme tanto, por dejarme aprender de usted y sobre todo de mí. Sin usted jamás hubiera descubierto cuanto amor puedo ofrecer, sin usted jamás hubiera encontrado que hacer mientras esperaba que llegue, entre eso escribir, escribir para usted y para mí.
Definitivamente he decidido dejarla libre, porque es la única manera en que la pienso. Siga su rumbo con la certeza de que yo no me cruzaré jamás así la siga de soslayo para evitar que se pierda para siempre de mi vida.
Siga adelante con ese desparpajo de felicidad que lo inunda todo, con esa luz que ilumina más allá de su propio entorno, deje que la amen talvez como la amo yo, sin miedos y sin límites.
Avance siempre un paso más allá de lo que la gente quiere que usted avance, si hay alguien que puede hacerlo es usted, tiene todo para hacerlo; yo soy su más fiel seguidor y confío plenamente en que puede llegar allá donde usted quiera llegar. Yo me retiro a tiempo, mejor temprano que tarde, mejor ahora que podemos contar solo buenos momentos.
Gracias por la vida que dejó en mi cuerpo y por las notas que endulzaron mi existencia desde el primer beso hasta el último abrazo.
La amo por siempre de eso no le quepa duda nunca.
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