lunes, 7 de marzo de 2016

CARTA No. 10




Mujer.

Así como tu inocencia, esa que se escapa de cuando en vez en medio de tu mirada pícara y tu risa de mujer fatal. Allí sentada en el filo de esa silla desde la cual divisas todo el espacio y me llamas sin decirme una palabra.

Así como cuando se pegan a tu rostro los mechones de tu pelo y el sudor de tu cuerpo se hace uno con las sábanas. Allí tendida en medio de esta cama que pudiera contar la historia universal de nuestros cuerpos.

Así como cuando se escapan esos suaves jadeos de tu boca y pronuncias mi nombre dejándome totalmente bañado de ti, por dentro y por fuera. Allí comprobando con tus ojos perdidos en la eternidad y tus manos asiéndome en el límite de la vida y de la muerte.

Así, totalmente mía y a la vez tuyo, con mi lengua y con tu sexo, con tus manos y las mías, con esa única forma de dejar escapar el aire de nuestros cuerpos para seguir inhalando nuestras almas, con la misma cadencia en que nos balanceamos. Aquí en mi alma y en mi cuerpo, te amo hasta el fin de los tiempos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario