La calle se llena de niños y cada
uno con sus bolsillos llenos de bolas de cristal, se organizan parejas por
amistad o conveniencia y se definen algunas reglas, porque no siempre las
reglas son las mismas pero se cumplen a carta cabal.
- yo me pido
ser el ajuntador y vos que seas el desajuntador…
En el andén se ha trazado un
rectángulo en el cual cada jugador ha casado dos bolas y ha determinado cual es
su cacha.
- Pero balines de cachas no se valen, ni mullos, ni bolones, tampoco
esas bolas chiltadas.
Del neto se cuentan doce pasos y
se traza la línea de salida, se tira la cacha del neto a la línea y según la
distancia que cada uno quede con respecto a la línea se determina el turno del
jugador.
- El que le de
un pépo al otro le quita el puesto, ¿vale?
- Vale.
- Todo lo bueno para mi y para mi ñero, mi ñero y yo
salimos de primeros.
- Esperate que me toca tirar a mi todavía y esas cachas están muy
igualitas,mejor cambiala por
esa azulita que tenias el otro día.
Del bolsillo saca una bola azul
como una perla, perfecta, sin un solo rasguño, una joya en este juego que deja
deslumbrados a todo los niños.
Da vueltas por el piso de tierra
y refleja la luz en colores tornasolados que la vuelven más apetecida por
todos.
- El que salga de primero pierde la cacha…
- No. Mejor cuando acabemos el neto juguemos al hoyo y
apostamos la cacha.
El juego comienza con cinco
parejas en contienda, el neto lleno y las bolas rodando por el anden de tierra apisonada
que deja ver en algunos pedazos, que aún se
mantienen unos adoquines de barro cocido que tienen todos los años encima.
- Alticas a la rodilla
- Retroque no vale y el que se quede en el neto
se ahoga.
Cada pareja se turna para
acercarse al neto, la meta es sacar las bolas del cuadro, al que le saquen la
casa lo sacan del juego, gana el que quede vivo al final y se reparte el botín
con su compañero de juego.
- Dale un tingue que está cerquita, lo alejas y yo me
arrimo al neto.
- Pegale duro bambaro que nos van a sacar…
A medida que avanza el juego los
ánimos se calientan, sobre todo entre quienes ya están en capilla.
- ¡Toma! le salió carne a la bola de ese pepazo.
- Hola vos dale a los otros alejándolos del
neto, yo saco las casas.
- No ni mierda, maguis manguis no se puede.
- Ve, ni que no pudiéramos tener cada uno una
tarea.¡Callá!
En el neto quedan 12 bolas, un
solo equipo fuera del juego, todo agachados mirando las cachas y las bolas del
neto, sin percatarse siquiera de quienes están a su alrededor. De pronto detrás
de uno de los jugadores aparecen dos niños algo más grandes y sentencian: ¡RECOGIDA¡
Todos apuran a salvar sus
pertenencias y los dos intrusos le echan mano a lo que encuentran, entre ellas
a la bola azul que había acabado de ser desplazada de un tingazo lejos del
neto.
En la huida uno de los ladrones se resbala en un charco, suelta las bolas que
corren al filo del andén y caen en la alcantarilla.
Se oye a alguien decir:
- Ni pa’ Dios
ni pal’ diablo, trampa a la cara sale.
Excelente, Negrito. Se me escapó un suspiro profundo.
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