Helado de paila
Tu sonrisa se derrite,
como el helado de paila en mi boca,
dulce, fresco, lleno de sabor.
Cada vez que ríes, el mundo se hace pequeño,
como ese momento entre sorbo y sorbo,
donde la mora danza con el viento,
y la vainilla con tu risa.
Bajo la sombra del árbol,
te miro, y tu helado es más que frío,
es el verano que nunca se acaba
en tus labios de miel.
Jorge Alberto Narváez Ceballos
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