Poema
¿Y quién soy yo sino un viajero en tu
cielo,
un niño que mira asombrado tu brillo de
luna?
Camino entre nubes solo para verte,
sacudo estrellas para que nunca te falte
luz.
Meto mis manos en el fuego,
Y pierdo el miedo a las sombras,
para descubrir contigo los secretos del viento
y las palabras que los árboles guardan en sus
ramas.
Te sigo desde antes de que el sol naciera,
como el agua que corre, como el fuego que
danza,
y en mi pecho late un amor que aún no ves,
que guardo, tranquilo,
esperando el día en que te canses de buscarlo
lejos.
Tengo para ti los murmullos de la tierra,
el canto del trueno en las tormentas,
y en mi abrazo llevo el calor del mundo,
las huellas que el tiempo dejó en mi piel,
porque, por lo que vale la pena,
vale dar la vida entera.
Jorge Alberto Narváez Ceballos
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