Mañana Verde
El viento,
ese viento húmedo que cruza los
valles,
susurra con la voz de las madres,
de las abuelas que tejieron la
vida
en los bosques secretos,
y en cada hoja verde,
en cada sombra de árbol,
dejaron el eco de sus risas,
como ríos que nacen entre piedras
y se deslizan hacia el mar de la
memoria.
Las raíces,
susurran su canción profunda, y yo,
con las manos alzadas hacia el cielo verde,
recojo las palabras del tiempo,
palabras que nacen en la tierra oscura
y se alzan como savia en mi piel.
Cada paso, lento y pesado,
es un regreso, un retorno al silencio
donde todo florece.
En cada rama,
cuelgan pedazos de mi alma,
como si hubiera vivido mil vidas en estos montes,
enredado en raíces que me llaman,
perdido entre hojas secas de otoños viejos.
Y el bosque, en su calma verde,
me enseña que el tiempo no tiene prisa,
que el musgo cubre el corazón de los días
y que en mi pecho habita una selva,
una mañana verde
donde los recuerdos florecen
sin permiso.
Jorge Alberto Narváez Ceballos
Solo el tiempo recorrido me ha permitido entender mi legado para abrazarlo, rechazarlo y ser con multitud de insospechados verdes... la vida es eterna y se enmascara en la finitud de mis días
ResponderBorrarUn gran abrazo hermano
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