PERENNE
Al alba, en el misterio del bosque, donde la niebla se
disipa lenta
y la luz del primer sol roza con ternura la tierra húmeda,
se alza tu sonrisa, hermosa y serena.
Es en ese momento, cuando los verdes prados se cubren de
rocío brillante,
que tu sonrisa se despliega como un secreto susurrado
por el viento entre los árboles.
Tus labios, flor del alba, se abren con la delicadeza
de los pétalos que despiertan
a la caricia del nuevo día.
La claridad temprana ilumina tu rostro,
y en tus ojos veo reflejados
los ríos que corren
entre montañas y valles.
El canto lejano de los pájaros, eco de tiempos añejos, acompaña
tu risa,
y en su melodía encuentro el latido de la tierra,
la eternidad del instante.
Es en la quietud del amanecer, cuando la noche cede
y el día susurra promesas, que tu sonrisa se hace
más pura, más eterna, como el susurro del río
que nunca deja de cantar.
En la frescura del alba, donde el tiempo parece detenerse,
tu sonrisa brilla, farol en la penumbra,
destello en el paisaje,
y en su luz encuentro
el sentido de todos los despertares.
Al alba es más hermosa tu sonrisa
Al alba tu sonrisa es perenne.
Jorge Alberto Narváez Ceballos
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