EVOLUCIÓN
Posesión mística, donde el alma se desnuda ante el
infinito,
donde la respiración jadeante es un canto antiguo,
y la noche se despliega sin fin, sin límites,
como un lienzo oscuro en el que se pintan sueños y
esperanzas.
Cada mirada, un augurio de caricia,
cada caricia, un preludio de movimiento,
cada movimiento, un espasmo de pasión incontrolada,
y cada espasmo, un beso que consume y se renueva.
Así, en el laberinto del deseo,
donde las fronteras se disuelven y los límites se
desvanecen,
cada gesto es un verso,
cada encuentro, una revelación de lo eterno.
Jorge Alberto Narváez Ceballos.
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