CARTAS DE AMOR 6
Señora bonita:
Llueve y los autos pasan surcando la vía en ese estrépito del agua salpicando para todos lados... Ya por estos días no he escrito otra cosa que no sea para usted, aun las notas de trabajo. Es que, cuando uno piensa en el amor, todo lo que escribe es una carta de amor.
Perdóneme,
señora mía, si la importuno con mis letras. Mi querida amiga, casi siempre
escribí para mí mismo, para saciar el desánimo de amores frustrados o de
relaciones frustrantes. Sin embargo, solo le pido el permiso de dejarme soñar,
así sea un momento. Nada ni nadie entendería cuánta alegría me produce escribir
para usted.
Estoy
en mi estudio; las ventanas dan hacia el volcán nublado y las gotas se
estrellan en los cristales, convirtiendo este espacio en una especie de torre
de un castillo de sueños. Desde aquí, la sueño. Cuánto diera por una sonrisa de
esos labios…
Suyo siempre.
Jorge Narváez C.
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