viernes, 29 de agosto de 2014

EL NETO




La calle se llena de niños y cada uno con sus bolsillos llenos de bolas de cristal, se organizan parejas por amistad o conveniencia y se definen algunas reglas, porque no siempre las reglas son las mismas pero se cumplen a carta cabal.



- yo me pido ser el ajuntador y vos que seas el desajuntador…



En el andén se ha trazado un rectángulo en el cual cada jugador ha casado dos bolas y ha determinado cual es su cacha.



- Pero balines de cachas no se valen, ni mullos, ni bolones, tampoco esas bolas chiltadas.



Del neto se cuentan doce pasos y se traza la línea de salida, se tira la cacha del neto a la línea y según la distancia que cada uno quede con respecto a la línea se determina el turno del jugador.



- El que le de un pépo al otro le quita el puesto, ¿vale?



- Vale.



- Todo  lo bueno para mi y para mi ñero, mi ñero y yo salimos de primeros.



- Esperate que me toca tirar a mi todavía y esas cachas están muy igualitas,mejor cambiala por esa azulita que tenias el otro día.



Del bolsillo saca una bola azul como una perla, perfecta, sin un solo rasguño, una joya en este juego que deja deslumbrados a todo los niños.



Da vueltas por el piso de tierra y refleja la luz en colores tornasolados que la vuelven más apetecida por todos.



-  El que salga de primero pierde la cacha…

- No. Mejor cuando acabemos el neto juguemos al hoyo y apostamos la cacha.



El juego comienza con cinco parejas en contienda, el neto lleno y las bolas rodando por el anden de tierra apisonada que deja ver en algunos pedazos, que aún se mantienen unos adoquines de barro cocido que tienen todos los años encima.



-  Alticas a la rodilla

-  Retroque no vale y el que se quede en el       neto se ahoga.



Cada pareja se turna para acercarse al neto, la meta es sacar las bolas del cuadro, al que le saquen la casa lo sacan del juego, gana el que quede vivo al final y se reparte el botín con su compañero de juego.



- Dale un tingue que está cerquita, lo alejas y yo me arrimo al neto.

-  Pegale duro bambaro que nos van a sacar…



A medida que avanza el juego los ánimos se calientan, sobre todo entre quienes ya están en capilla.

-  ¡Toma! le salió carne a la bola de ese pepazo.

-  Hola vos dale a los otros alejándolos del neto, yo saco las casas.

-  No ni mierda, maguis manguis no se puede.

-  Ve, ni que no pudiéramos tener cada uno una tarea.¡Callá!



En el neto quedan 12 bolas, un solo equipo fuera del juego, todo agachados mirando las cachas y las bolas del neto, sin percatarse siquiera de quienes están a su alrededor. De pronto detrás de uno de los jugadores aparecen dos niños algo más grandes y sentencian: ¡RECOGIDA¡



Todos apuran a salvar sus pertenencias y los dos intrusos le echan mano a lo que encuentran, entre ellas a la bola azul que había acabado de ser desplazada de un tingazo lejos del neto.



En la huida uno de los ladrones  se resbala en un charco, suelta las bolas que corren al filo del andén y caen en la alcantarilla.



Se oye a alguien decir:



- Ni pa’ Dios ni pal’ diablo, trampa a la cara sale.

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